PLEAMARES:
TRANSFIGURACIÓN
Subió luctuosa a las
naves;
profética en su
herida
sobrevivió
a la noche de cenizas,
noche de
transfiguraciones
reconstruyendo las
aristas
de los exiliados
rostros,
pobladores de la Isla
del Olvido.
Tapiando las aguas
inmensas
e ignorando los
eclipses marinos,
desnudó su cuerpo
subyugado por el yodo
extasiado,
besando enamorado su
lisa curvatura.
Oh Muerte, Muerte
infinita,
clavaste tu aguijón
en la soledad
inmortal
de sus pechos
luminosos,
envueltos en la brisa
nocturna.
Sin las manos
amatorias, esculpidas
en las secretas
grutas
sepultadas por los
médanos;
guardará en el
santuario
derruido del
silencio,
su amor
antropológico,
persiguiendo errático
la sombra cristalina
en los arrecifes,
hechizados
por el huracán
indivisible,
de la cruel
distancia.