RESPLANDORES
En el cofre
descansaba,
la sirena de los ojos
quietos,
dulce y solitaria
contemplaba eterna,
en su infinito sueño
las memorias
iniciáticas de las hadas.
Dormía con los ojos
quietos,
abiertos mansamente
en el agua de
presagios.
Melusine, adornaba su
cabello
del color de las
algas,
con hebras de coral;
más bella se tornaba
transparentando su
piel ámbar
y su mirada hipnótica
de profecías.
Sherinex abrió en su
descanso
el túnel de sus
pupilas
y guío hacia la
cámara secreta
del abismo a Hecidée…
…Hecidée conmovida,
contempló en la
cúspide de los abismos,
la eterna pureza,
de una sociedad
secreta,
oculta en su memoria,
donde en fragmentos
infinitos
Hecidée pudo leer
transgrediendo el
tiempo,
los códices dorados
de las vedadas
profecías.
Pintura: Acuarela, Lápiz "Musa"
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