CUENTOS DE "VÓRTICES"


Guerras Mentales

Sebastián siempre había sido un niño prodigio, así lo consideraron sus padres y maestros.
A los tres años con su oído absoluto ejecutaba piezas para violín y oboe.
A los cinco años componía partituras y dio su primer concierto. Pero había algo más en el espíritu de Sebastián… Era un ser metafísico, de una extraordinaria cualidad para materializar sus pensamientos.
En su adolescencia componía melancólicas y dulces melodías, que lo abstraían hacia un extraño vórtice. Allí materializó a una joven de aspecto lánguido y gótico, enamorado de su musa, logró corporizarla hasta hacerla tan visible que sus padres rechazaron esa cualidad innata de Sebastián.
Pronto comenzaron las guerras mentales, Sebastián como el mito griego de Pigmalión enamorado de su obra, se refugió en su ordenador, donde componía y archivaba sus obras musicales.
Transitando por la Galaxia de Gütenberg y atravesando la Aldea Global de Mac Luhan, predicen que las Guerras Futuras, serán Mentales y Cibernéticas. Pronto a cumplir la hipótesis de ese paradigma, Sebastián cuidadosamente cobijó a su amada, desmaterializándola para recomponerla en un sofisticado programa del ordenador.
Pero la impotencia por desarrollar naturalmente su preciado don e incomprendido por sus padres, desató con la exacerbada longitud de sus pensamientos, en los sistemas de interface neural, una guerra mental masiva. Ya no sucedía solo en la pantalla de su ordenador, comenzaron a colapsar mundialmente los sistemas de seguridad y los secretos del ciberespacio más indescifrables.
Sebastián atrajo y materializó con su ira, a dos seres alienigenas, los cuales como hackers telepáticos con su persuasión sutil, dominarían hipnóticamente a las masas, desde las redes de la vulnerada tela de araña, “World Wide Web”.



Grabado: Xilografía "Alienigenas"





La Sombra

“La relación sombra-tiempo… se concibe de una manera muy característica: una sombra es el orden natural del tiempo y paraliza el flujo del devenir”.
                Stoichita, Víctor. Breve Historia de la Sombra.


Existen umbrales que pueden a travesar algunos seres predestinados, allí estaba Pierre, decían que era el vengador invisible de los callejones parisinos.
Fue un gran policía que murió en una emboscada, luego de abatir a un asesino serial; eso lo transformó en leyenda…
Pierre emergía etéricamente desde una arcada, como una sombra dorada y se proyectaba cuando los relojes marcaban la madrugada.
La forma más antigua en que los egipcios visualizaron el alma (ka) era la sombra.
Se trata de “una sombra clara”, de una proyección coloreada pero etérea del individuo, que lo reproduce trazo por trazo.
Así era el alma proyectada de Pierre, persiguiendo sigiloso a los malvivientes…
Todos solían  morir con huellas de extraños símbolos de jeroglíficos hallados en sus cuerpos, algunos fueron descifrados por egiptólogos, encontrando fragmentos de rituales y conjuros del Libro de los Muertos.
Pierre tenía la habilidad de poseer la sombra de los villanos. La sombra negra (kaibit), considerada desde tiempos remotos como el alma misma del hombre, pasó a verse como su doble… mientras el hombre vive se exterioriza en su sombra negra.
Esa sombra negra siempre era alcanzada por Pierre, proyectando sus pies como haces de luz, en las brumosas calles desiertas.
El justiciero silencioso, condenaba a las erráticas almas, a perseguir su ilusoria sombra negra, en la noche eterna del flujo del devenir.





Pintura: "Shadow"



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