Buscaba la rosa y el beso en el espejo, solo su imagen blanca reflejada
insomne reconocía los giros intrigantes del cristal.
Cada mañana despertaba llamando a la rosa y el beso, pero el espejo
apuntalaba a su agobiado espíritu, esperando un claro milagro. Ya no se
reconocía en las paredes de su cuarto, su andar trémulo hacia vibrar la delgada
palidez del cristal, esperando, siempre esperando la rosa y el beso.
Las noches desdoblaban las estrellas en guirnaldas alucinadas, y las
nubes, bebían la luna peregrina; solo el cristal desmoronado de poesía, rasgaba
el viejo laúd de su voz muda y cerrada, queriendo dar forma a un milagro.
Una mañana de invierno, ella creyó morir, llevaba todo el frío exiliado
por sus manos adormecidas, abrió la ventana de su vida y el viento arrastró el
último pájaro azul que podía volar aún temeroso, entró ciego por la ventana y
pensó que el espejo era un bello e infinito horizonte, besó impetuoso el
espejo, sin darse cuenta que su cuerpo cubierto en sangre, nacía como la rosa
ayer muerta y hoy viva para su eterno amor.
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tu tienes la magia de tu gran poesia. que alegras que atrapas con tus bellas rimas el encanto del bello poema que expresa lo dulce de tus bellas letras, tienes la nobleza del verso mas bello tallado en la piel de tu esbelto cuerpo ese que el poeta te entrege un beso sellando con el su amor puro, eterno
ResponderEliminarun gran beso andy
Muy inspiradoras y alentadoras como siempre tus palabras Andy, bellas y sutiles descripciones para mis poemas y mi esencia, en luz y amor también te envío un gran beso.
ResponderEliminarRomántica y luminosa, bello relato. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu hermoso comentario! Besos!
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