Alba iba lentamente,
por el camino de los espejos, su paso detenido frecuentaba la luz adormecida
del marco polvoriento.
El mito de quebrar
las horas con su mano angulosa y pálida, volvía a tomar sitio en su fobia
espiritual de soñar con el terror anónimo que encierran las prisiones del
misterio.
Otra vez formaba
parte de las agujas implacables, que giraban frenéticas, con olvidos y sin
recuerdos.
Le costaba comprender
el lenguaje del tiempo, la parquedad de las horas, la exactitud desafiante de
los números que avanzaban como soldados, agigantándose en perfecto círculo,
hasta rodearla y lanzar irónicos su sabio confín descontrolado.
Le provocaba miedo y
locura andar por los senderos de sus interrogantes, pero no podía escapar a esa
sensación de desdoblarse al otro lado de los espejos, permitiéndole a la imagen
salir unos instantes para ocupar su lugar y así ahondarse temerosa tras el
cristal.
Era también, el
suicidio descarnado de enfrentarse con su espíritu, el reflejo era un ente,
antes pudo haber sido un fugaz simbolismo, pero la asociación de hechos se
corporizaba, convirtiéndose en juez de su yo.
Qué terrible le
resultaba observar esa imagen tan querida y conocida, serpenteando en el vacío,
las manos agazapadas, dibujando una sonrisa con la misma facilidad que un gesto
cruel, los labios moviéndose obtusos, gritando improperios o diciendo palabras
de amor, y la mirada extraviada, oscura y luminosa como una dualidad tan
antagónica y contradictoria, casi imposible de imaginar.
No soportó más esa
película, representando el secreto de su espíritu, había aceptado el
desdoblamiento, pero estaba ahora aterrorizada de sí misma.
Tan angustiante le
resultó verse, que encolerizada decidió poner fin a ese juego despiadado,
comenzó a llamar a su irascible yo, pero no le respondía, era la primera vez
que se negaba a regresar, desesperada golpeó el cristal y advirtió que su yo,
por ser muy vulnerable terminó por quebrarse.
Fue demasiado tarde
para volver, en su arrebato había roto el espejo y su espíritu atrapado,
agonizaba entre los bordes fragmentados, ahora la imagen, casi destruida gemía
ante su vida aniquilada, solo es que nunca podrá reflejarse y su destino será
deambular auto destructivamente como un absoluto y simulado engaño.
Dibujo "Territorios"
Misteriosa trama e inquietante desenlace, un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por la reflexión de mi obra, saludos.
ResponderEliminarEnigmática y hermosa obra, besos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lindo comentario! Besos!
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