Arrojé las cruces desnudas,
en tu lápida de ausencias.
Penumbras azules, que escarbo
en el rincón de los sueños.
Bordeo la soledad,
espectral y desnuda.
Duermo en la escarcha dorada
del árbol quemado;
y renazco, en la boca inflamada
del rocío, buscando las flores que amabas.
Olvido muerto y distante,
trepa por mis espacios y me ama en la noche.
Tus brazos de cera,
miden el tiempo inanimado del miedo;
y ríen desmemoriados
en mi recuerdo.
Cuántos cementerios
me esperan,
para enterrar el último vestigio
de ternura,
sin que la vida lo sepa,
y sin que tú te enteres.
Pintura: "Nostalgia"
La triste ausencia que permanece, esa es la más pura y dolorosa, saludos, muy hermoso Graciela
ResponderEliminarMuy buena la interpretación que realizaste de mi poema, como diría Neruda, es tan corto el amor y tan largo el olvido, un saludo Alfmega
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