viernes, 23 de enero de 2015

TRAMO XXXIX

Rosas muertas que en el mar se pierden,
estatuas dormidas y caprichosas,
arrancadas de un templo griego
sembrado de columnas inmortales.

Ojos llameantes que pretenden decirnos,
si somos los hombres
que transitamos el invisible sendero,
o los deambulantes espíritus
que morimos sin saberlo.

Yo caminé descalza,
por el mármol de la muerte,
y al nacer en otras vidas,
reconozco que nada es válido
si no se aprende a venerar lo puro,
lo bello, lo imperecedero.

Yo transito
 por aguas tenebrosas,
como un loto
de mil pétalos infinitos,
sin dejarme penetrar por lo malsano,
blanca, inquebrantable y litúrgica,
en medio de la selva amarga,
que el hombre invento, para destruir,
maldecir y sobrevivir.






Pintura "Máscara"

2 comentarios:

  1. Tu poesía es muy profunda y reflexiva maravillosamente acompañada por tu obra plástica.
    Besos,
    Diego

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  2. Muchas gracias Diego por apreciar mi obra literaria y visual, un beso.

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